Sobre Justino
Justino del Casar
El antropomorfismo presente en mis piezas resitúa al ser humano, a su naturaleza, a su esencia, en un lugar por encima de los objetos que crea para su consumo.
He creado esta colección de piezas como una reflexión sobre lo efímero de la producción humana en la actual sociedad de consumo y el poder dignificador del arte.
Mi intención es jugar con el concepto de dignificación, dotar de unos nuevos atributos a materiales destinados a ser destruidos y que están presentes en nuestro día a día: documentos bancarios, embalajes de envíos postales, propaganda comercial. Objetos que pasan desapercibidos, que han sido desposeídos de su valor en cuanto objetos, pero que son inseparables al tránsito cotidiano de los días. Trato de convertir objetos de consumo en obras atemporales, destinadas a perdurar. Las nuevas formas que adquieren los materiales consumibles con los que trabajo recuerdan a ánforas romanas, máscaras tribales, vasijas funerarias, objetos que han resistido al paso de los siglos, que han vencido a la voracidad consumista inherente a la sociedad actual.
El antropomorfismo presente en mis piezas (fémures, gónadas sexuales, abdómenes, pechos) resitúa al ser humano, a su naturaleza, a su esencia, en un lugar por encima de los objetos que crea para su consumo. Coloca al hombre en un plano superior al de los objetos que fabrica, un discurso que se podría resumir, en definitiva, en una frase: el consumo pasa, el hombre permanece.
Datos de interés
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Trayectoria
Justino del Casar es un artista manchego de Fuensalida (Toledo).
Inicia sus estudios en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Toledo y los prosigue en Madrid. Su primer trabajo es dentro del estudio de animación Cruz Delgado donde trabaja como dibujante e intercalador. El año siguiente lo pasaría como dibujante e ilustrador para campañas publicitarias en la agencia La Factoria de Toledo. Decide volver a Madrid y entrar en contacto con otra de sus pasiones, la decoración. Primero en Rasgo Estudio y después casi 10 años en Concepto D.Erre donde tendrá la oportunidad de tocar el diseño de muebles, el escaparatismo, la decoración de interiores.
En 2006 decide dejarlo todo y marcharse a Nueva York. Allí, además de hacer amigos inolvidables, vivir experiencias que solo la gran manzana puede ofrecer y emborracharse de estímulos, tiene la oportunidad de trabajar en la Y Gallery en Queens como responsable de montaje.
Y es durante 2007 y 2008 donde consigue tocar una de las artes totales: el teatro. Trabaja primero como ayudante de dirección escenográfica en la obra “Some Historic, Some Historic” en The New Stage Theatre Company y más tarde como Director de Escenografía con Rinoceronte Films